La política en este País, ha sido mal concebida. Sus dirigentes viven de la política, confundiendo lo que significa esa profesión. Un político es un empleado de los votantes. Un servidor público. Él debe rendirle cuentas y resultados, una vez en su cargo. Eso de incumplir con lo prometido electoralmente, no se debe permitir en democracia. Se vota por creer y querer en un cambio ante los errores de los gobernantes. El asunto es que los políticos, una vez en el poder, proceden de acuerdo a sus intereses personales y partidistas. He allí la razón principal del desencanto de la gente; sin embargo, al fallar los políticos, los votantes quedan huérfanos. No poseen quien se le enfrente a los que no respetaron esa voluntad popular.
Este breve comienzo viene a colación debido al título que lo antecede. Creemos que ya es suficiente ese BLA BLA diario de la gente. Tienen razón en estar disgustados. Arrechos y malhumorados. Pero, de esa manera no se cambia a un gobierno. Las palabras deben convertirse cuanto antes en acciónes de protestas. Ha sido muy injusto y hasta ofensivo ver como esta Navidad y Fin de Año, la tristeza e impotencia se apoderó de los rostros de la población. Los anaqueles de los establecimientos vacíos. Lo poco que se conseguía a precios de criminales mafiosos, eran todo tipo de chucherías o pasapalos que indiscutiblemente no son alimentos. Creer que unas cotufas o papitas resuelve la alimentación, es una farsa tan grande como la política en Venezuela.
Entonces es insólito no ponerle atención y acción a esa asesina situación. Nos vamos a comer entre nosotros mismos. Esto se asemeja a aquel unitario que llevó a las pantallas Radio Caracas Televisión por los años ochenta y que se tituló: "El DÍA QUE SE ACABÓ EL PETRÓLEO", de José Ignacio Cabrujas. Posiblemente para los lectores que no vieron ese profético programa, se les sugiere buscarlo en Youtube. Precisamente estamos llegando a lo que nuestro escritor y dramaturgo vaticinó. Lo peligroso tanto para el gobierno como para la dirigencia política, es que sigan insistiendo en tapar esa verdad tan terrible y no llegar a una retirada o renuncia. La dignidad del votante la han degradado. Pretenden continuar en el poder con los mismos espectàculos entre ellos, mientras la población se les podría alzar en cualquier momento. Nos decía una Señora en una cadena de farmacias, "que ella no quería imaginarse el mes de enero, porque de acuerdo a lo que informan los empleados, la escasez de productos va a llegar a cero".
Sinceramente, nos solidarizamos con esa atenta preocupación del Pueblo. ¿Permaecerá inmóvil la gente al no ver productos en los Automercados y comercios afines? Dios nos ampare, pero todo hace presumir que de no atajarse de inmediato esta absurda situación, aquí más de uno se va a enardecer y las consecuencias serán impredecibles. Es nuestra primer entrega del año. Esperamos estar con ustedes a fin de año, celebrando una alegre Navidad y abrazándonos llenos de trabajo y optimismo para el 2019.
La frase de hoy "NO HAY PEOR CIEGO QUE El QUE NO QUIERE VER" ( Refrán popular ).
Este artículo será cambiado pronto. ¡PÁSÁLO!
gastonecheverríac@gmail.com
Los Blogs de Gastón Echeverría C. ( Vía Google )
02 de enero 2018 1:35 PM.
NOTAS: 1) Le solicitamos a los venezolanos que poseen tranquilidad económica, dar ejemplo de humildad en momentos que la mayoría de la población se come un cable. Es por el bien de todos. 2) La gente se dio banquete por las redes con el video de Manuel Rosales, en Orlando, durante Navidad. De allí seguro saltará al circo de Dominicana. ¡Hay que ser bien cara dura! 3) A los politicos: " A cada pernil le llega su sábado. 4) En semanas, Carnaval y Semana Santa. Bonche, bonche y BLA BLA. No se quejen por lo que nos espera. Ignorar la catástrofe venezolana, hasta merece un castigo. 5) El contrapunteo entre el régimen y Ramírez, hace posible destapar las cañerías. ¡Qué vergüenza! 6) Por cierto, desde cuándo el plato típico de Navidad y Año Nuevo, es el cochino? ¡Será en Cuba! 7) Resulta que los apagones son por culpa de las lluvias... No y que eran por sabotajes? ¡Ay Mamá!.
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