Iniciamos con buen pie, luego del derrocamiento del Gral. Marcos Pérez Jiménez. Se alcanzó una verdadera unidad con el Pacto de Punto Fijo. Que provenía del Pacto de Nueva York. Los comunistas siempre le han caído a pedradas a este ejemplar acuerdo. Realizado sin la injerencia de cabilderos o diálogantes. Salíamos de un régimen, que aunque hizo avances en diversas áreas, se corrompió por el dinero y en la violación de los derechos humanos; es decir, fue una dictadura. Lo interesante de esa tiranía, es que la historia, le resalta sus obras de concreto y el crecimiento económico. Que luego de casi 58 años de su desalojo, hoy el Pueblo, bajo los buenos y malos políticos, siguen beneficiandose de Pérez Jiménez. Hasta los estudiantes de la Universidad Central, no pueden negar, que el otrora líder de Las Fuerzas Armadas, sí tuvo visión para construirles el Alma Mater del futuro progreso de Venezuela. Pero su visión se convirtió en ambición.
Ese Pacto de Punto Fijo, fue un acierto indiscutible. Rómulo, Rafael y Jóvito, comprendieron que la única salida para construir una democracia, era trabajando conjuntamente por el crecimiento y desarrollo del País. El Pacto, tuvo muchos accidentes en el camino, pero al final, la democracia se mantuvo hasta el arribo al poder de Hugo Chávez. Algo que ese líder militar, desvió por aliarse al tirano de América, Fidel Castro. Por eso la ambición destruye el progreso y las libertades. Chávez, se enamora de la silla presidencial y quiere su entronización. Betancourt, fue líder, pero no se dejó seducir por sus subalternos. Hizo maromas para finalizar su ejercicio presidencial y lo concluyó, inclusive a riesgo de su vida. La madurez política de un buen líder, la puso en práctica y se alejó de Venezuela, por un largo tiempo, para no entorpecer el desarrollo de una criatura, como la democracia, que volvió a nacer enfrentando los cobardes ataques de la subversión castrocomunista y del acoso u obsesión contra su persona, del otro tirano que pensaba ser eterno en República Dominicana.
Nuestra democracia prosiguió su rumbo. AD, COPEI y URD, con diferencias normales, mantenían la disposición de culminar el Pacto de Caballeros. Pero en política, la ambición no cesa en inmiscuirse para echar vainas. En AD, se comienzan a destapar resentimientos y la misma historia, describe las divisiones, que quienes la impulsaron, fracasaron y nunca relevaron del poder a la fundamental dirigencia. En COPEI, Rafael Caldera, era su líder nato. Era el Nixon insistente. Repitió sus postulaciones hasta que derrotó por estrecho margen a Gonzalo Barrios. En URD, no estuvieron conformes con el Pacto y en su momento, Jóvito Villalba, presionado por su entorno amarillo, decide romper el juramento adquirido de PUNTO FIJO.
Caldera, con unos jóvenes brillantes como Eduardo Fernández y Oswaldo Alvarez Paz, en lugar de darles paso a luchar por ser candidatos de la tolda que él fundara, se empecinó en cerrarles los caminos y al final, pudo más su ambición que la lealtad. Caldera, volvió en su momento y gobernó por segunda vez a Venezuela. La ambición de Jóvito, fue relativa, porque en varias oportunidades, respaldó otras candidaturas, pero su pecado político, fue frenar las justas aspiraciones de Alirio Ugarte Pelayo. En AD, Carlos Andrés Pérez, el hombre de Rubio, no era Rómulo. Por supuesto, era un lider, pero eso no significaba, que iba a ser eterno. Esa ambición resquebrajó las bases del partido, pero él con su carisma, arriba por segunda vez al poder. Un detalle, que quizá por celo político, hizo que Caldera, insistiera igualarlo con 2 presidencias, pero con la diferencia, que esta vez, alcanza la victoria, sin el apoyo de un COPEI, que el mismo dividió y gobierna con un " chiripero", que le abrió el paso a otro ambicioso como Hugo Chávez. Éste apabulla y se erige tras varias elecciones, como líder y Presidente de los venezolanos. Era la ambición máxima de un militar político. No formó dirigentes, pues pensaba que él era insustituible en Miraflores. En la vida, nadie adivina el destino y el popular Teniente Coronel, sufre de una enfermedad incurable que lo obliga a retirarse, pero anuncia a su PSUV, que quien lo va a relevar, será Nicolás Maduro. Aquí no termina la serie de la ambición. Aquí ésta continúa. Ya Chávez, en sus postrimerías, daba claras señales de fracaso en sus populistas políticas. La caída en los precios del petróleo, encienden las alarmas en la población. El desgaste es estrepitoso y su sucesor, sin ser un líder y jefe partidista, quiere imponerse por las malas, ante una población aterrorizada por la escasez de alimentos, medicinas y corroborar que las libertades públicas, toman un giro peligroso, que ya venía desde su antecesor, para terminar de llevarnos "al mar de la felicidad". En política, la traición no perdona y eso la vienen pagando los rojos que están en Miraflores, al quedar derrotados por una paliza, que el Pueblo, le infiere a Maduro y sus subalternos, el 06 de diciembre del 2015. Se vuelca la masa popular y vota para botar a unos diputados sin libertad de conciencia al legislar. De ahí hasta hoy, el desmoronamiento del Presidente, es imparable. Ante una crisis humanitaria, reconocida por propios y extraños, la gente que en más del 80 por ciento lo rechaza, exige el revocatorio presidencial. Pero la ambición, complicidad y cobardía de ciertos "dirigentes" de la enMUDecida, se les enfría el guarapo y a la fecha, no se visualiza una salida democrática, a pesar del empeño de figuras como Leopoldo, Henrique, María Corina, Henry, Antonio y Andrés, que insisten como ejemplo democrático una inminente salida electoral. Nada de prórrogas. De mesas. De alcahuetas. De Timoratos. De Zapateros y modelos de Ford. Es urgente el cambio con la voluntad popular. Con el voto. La consulta que nos la permite la Carta Magna. Lo demás ya es fiambre. Es ser pendejos y creer en pajaritos preñados. Entonces no dejemos que se nos mande por la ambición. Queremos humildad y democracia con orden. El cielo está negro y las nubes no paran en derramarnos calamidades a diario. Una tormenta que ha matado y herido hogares. Que no tiene compasión. Es más que un terremoto. Destruye y ahoga. De allí el "hay ambiciones que matan".
La gente ya no se asombra de lo que sucede. No se extraña. Todo las hipótesis que se piensen, pueden ocurrir. Desde el guiso de ambos bandos, hasta la resurrección de un Pérez Jiménez. Tal como lo leen. Aquí cada político trabaja para su provecho personal. Hay demasiada torta para repartir. Pero tenemos una sombra que no desciframos como quitarnosla de la vista y de la mente, porque se repite en los sueños. ¿Han pensado ustedes, cuántos años estuvieron Chávez y sus camaradas conspirando? ¿Podrìa alguien asegurar, que esa historia no se esté repitiendo? ¡Ay Mamá!
La frase de hoy: " LA AMBICIÓN DE PODER ES UNA MALA HIERBA QUE SÓLO CRECE EN EL SOLAR ABANDONADO DE UNA MENTE VACÍA" ( Ayn Rand ) .
Este artículo será cambiado en cualquier momento. ¡PÁSALO!
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Los Blogs de Gastón Echeverría C. ( Vía Google ) .
27 de noviembre 2016. PM.
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