LA CALUMNIA...

¡Es un delito gravísimo. Puesto de moda en Venezuela, desde hace quince años. Para falsear hechos de personas o cosas. A los comunistas, poco les importa el daño que ocasionan al calumniar. Llaman asesinos a sus opositores. La calumnia es una acusación que descalifica sin tener pruebas. 
Estamos asombrados al escuchar calumnias tan alegremente y con mucha frecuencia. Desde Miaflores y desde La Asamblea Nacional. Lo curioso e insólito, es que nadie demande a los que con tan mala intención, propalan esas calumnias de asesinos. Se dice que los calumniados no reaccionan, porque toman esas injurias, como parte del debate político. 
Qué decepción. Qué lástima. Qué cobardes. Tanto los calumniadores, como los calumniados. Es la Venezuela, que los subalternos y empleados de Fidel y Raúl Castro, han encendido, para avivar el odio y la mala reputación de los venezolanos que no son comunistas.
¿ Dónde están los encargados de impartir justicia en el País, que permiten esas calumnias sin pruebas? ¿ Dónde está el Colegio de Abogados, que calla ante esta inaceptable violación de la Constitución y leyes de la República? Lo mismo ocurre con la palabra ladrón, que se ha vuelto una acusación sin pruebas, pero que los señalados guardan un silencio temeroso o cómplice. En un verdadero Estado de Derecho, eso no ocurriría jamás, porque las autoridades intervendrían de inmediato para castigar a los que calumnian sin pruebas. Una persona, llámese, político, militar, empresario o de cualquier otra profesión, tiene la potestad y el deber de demandar en los tribunales de justicia a quienes vilipendien o acusen, sin un basamento probatorio y legal. Llamar asesinos o ladrones a las personas, porque se tiene el poder, también debería ser sancionado en un País, donde exista el cumplimiento de la Constitución y demás leyes. ¿ Acaso en Venezuela, nadie puede impedir estas calumnias, que ponen al desprecio público a las personas?
Un tema para meditar. Para reflexionar. Que se debe plantear a nivel nacional e internacional. Porque esas calumnias, se extienden también a gobiernos y ex funcionarios de otras naciones. Nadie tiene la propiedad para acusar a alguien con ese tipo de palabras, sin que se demuestren las pruebas.
Es imperdonable el silencio de los que profieren y escuchan tamañas calumnias. Callar, es otorgar la razón a quienes insultan, descalifican y deshonran a personas naturales y jurídicas. Actuar de esa manera, es carecer de formación moral y cívica.
Afirmar que es un uso aceptado en la diatriba política, es haber perdido la dignidad como seres humanos. Insistimos, que hay que ponerle coto inmediato al lenguaje que se está expresando diariamente en la actual Venezuela. Pero jamás, solicitándolo como un favor o como parte del mal llamado diálogo, que la mala oposición se empeña en poner en práctica. Hay que dirigirse a la justicia, para que se encargue de las sanciones correspondientes y con absoluta autonomía.
Es un mal ejemplo para las nuevas generaciones que se levantan. Se está dando luz verde a la calumnia, como algo muy normal. ¿ Qué dirán nuestros niños al escuchar semejantes palabras que acusan a la gente de asesinos o ladrones? ¿ Es esta la manera de de educar e instruirlos?
Desde esta tribuna, exigimos como venezolanos, apegados a la Constitución Nacional, que se respete a los ciudadanos en todos los debates y escenarios políticos. Qué se haga cumplir la ley y que ésta comience, por los que se dicen ser servidores públicos y que tienen el deber de impartirla y vigilarla. De mantenerse o continuar esa irresponsabilidad en el vocabulario diario entre los venezolanos, estaremos degradando la justicia y la moral ciudadana. La dignidad y el honor a las personas, hay que promoverlo con urgencia. Incumplirlo, es colocarse al margen de la ley y guardar silencio, es aceptar la culpabilidad. EL ASOMADITO: 1) Continúan las colas en Farmatodo. Las abejas vuelan al panal, para luego revender. Típica estrategia de los abusadores. Como aquí no hay ley, hacen y deshacen. Presos deberían estar. 2) Las unidades del Metrobus, poco a poco, las están pintando de rojo, rojtos. Un fanatismo demasiado ridículo. 3) Los malos políticos, permiten las calumnias, porque eso es parte de la cobardía que los caracteriza. Cuando aquì impere la Constitución con el orden, tendremos una verdadera democracia. 4) Todos aplaudimos a Luis Aparicio, jr. el único venezolano Hall de la Fama. Tuvimos la suerte de conocerlo y entrevistarlo, en la época que fuera capitán del Baltimore, gracias al entrañable periodista y amigo, Heberto Castro Pimentel. Fue para la entonces revista Temas, de Nueva York. Aparicio, sin duda alguna fue un coloso en el short stop. Sus estadísticas lo llevaron precisamente a obtener ese codiciado premio, orgullo de él y toda Venezuela. Gracias, Luis...
La frase de hoy: "Los que propalan la calumnia y los que escuchan, todos ellos deberían ser colgados: los propaladores por la lengua y los oyentes por las orejas" ( Platón ).
08 de octubre 2014.
gastonecheverriac@gmail.com

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