El asunto radicaba en la tranquilidad. Esa epidemia Castrocomunista, no nos permitía vivir en paz. El pueblo, observó en ese Caldera, la oportunidad de darle a los venezolanos la pacificación. Que aunque a algunos no lo acepten y lo critiquen, sí la obtuvimos con el líder Socialcristiano y su equipo de gobierno. Nosotros guardamos un archivo de la publicidad previa a esa elección de Caldera. El lema del "Cambio Va", fue simplemente sensacional. Le llegó al electorado, que no veía en AD, un mal gobierno, pero que podía ser causante de las embestidas de los comunistas que coincidencialmente eran financiados desde el mismo régimen tiránico que hoy se mantiene en Cuba.
Es interesante comparar la inseguridad actual con la de ayer. Guardando las distancias y teniendo en cuenta el factor poblacional, en Venezuela, la inseguridad era también un problema que se debía resolver. Tan cierto es, que se transmitía una cuña, donde aparecían rostros del hampa y el texto remataba: " Contra la Inseguridad, el Cambio Va". Rafael Caldera, ganó por estrecho margen a Gonzalo Barrios. Una muestra que indicaba que los electores no estaban totalmente a favor del biógrafo de Don Andrés Bello. Caldera, aunado a su poder de convencimiento y preparación, representaba para los venezolanos de esa contienda, la esperanza de vencer la subversión roja, y la alcanzó. Fue la "Fiesta Inolvidable". En el cierre de campaña en Caracas, se rodaba esa gran película humorística, protagonizada por Peter Sellers. El comando de Campaña de Calderá, escogió el sitio ideal. La plaza O'Leary, del Silencio y que en uno de sus ángulos, estaba el teatro Junín, exhibiendo el largometraje de la Fiesta Inolvidable. Ese día, Caldera, ganó.
La palabra cambio, ha venido repitiéndose desde entonces. Estamos convencidos, que a pesar del escuálido triunfo Copeyano, de 1969, la Nación, vivió un quinquenio de tranquilidad. El ambiente entre los venezolanos era de hermandad. De solidaridad. No nos imaginábamos que el odio, alguna vez, pudiera robarnos el amor entre nosotros. Por eso, siempre hemos reconocido,que con todos los errores que se hayan cometido en los gobiernos de Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y el aludido de Rafael Calderá, en Venezuela, se respiraba la paz. Se podía convivir. Se mantuvieron nuestras tradiciones y costumbres. Fueron buenos gobiernos. Pésele a quien le pese. ¿Que no les guste a los comunistas y sus gemelos izquierdistas reconocerlo, ya es un asunto de terquedad, complejo, y envidia política. Pero teníamos una democracia en pleno desarrollo.
Luego, continuámos con elecciones cada cinco años. Los venezolanos, ya presentíamos que las cosas no iban por el buen camino antes transitado. La dirigencia de los partidos, fue progresivamente perdiendo credibilidad ante el ciudadano. La población crecía y la democracia permitía un exceso de libertad. La peste de la corrupción fue penetrando los organismos oficiales. Las políticas económicas, no cumplieron las expectativas añoradas. Es así que durante el gobierno de Lusinchi, se termina de resquebrajar la democracia en Venezuela. Ya la fragilidad era su identidad. Los políticos se creían que nos iban a gobernar eternamente. Las pugnas internas en los partidos, florecieron y en poco tiempo terminaron por desmantelar una militancia que hoy desearían tener y contar.
Los cambios que se produjeron acertadamente, se paralizaron, dándole paso al despilfarro, la corrupción y a la burocracia partidista. Los adecos y copeyanos, perdieron la brújula democrática, y fueron los responsables directos, para que el comunismo, tomara posteriormente, el gobierno vía electoral, confundiendo y equivocando a los factores clásicos del poder.
Esta vez, los cambios se reactivaron, pero para el mal. Casi 17 años de retroceso político, económico y social. Volvímos a perder la tranquilidad. La paz. Las tradiciones y buenas costumbres. Se han perdido aquellas buenas fiestas de Navidad y Año Nuevo. No podemos salir ni de dīa, por las calles. Ahora, transitámos con temor de ser víctimas de la delincuencia. Se acabaron las visitas y fiestas familiares. Se ha reducido todo. Nadie, a excepción de los acomodados y sus cómplices, se escapa del desastre comunista en todos los órdenes de nuestra vida diaria.
Tenemos que revivir el slogan del Cambio Va. Que lo recobremos para el bien del Páis. Necesitamos vivir. Necesitamos paz. Necesitamos comer. Necesitamos seguridad. Necesitamos amor. Necesitamos justicia. Necesitamos democracia. Necesitamos orden, Necesitamos que Venezuela, sea Venezuela y nunca jamás Cuba. Para lograrlo, es imprescindible, escoger a buenos ciudadanos para que ocupen los poderes públicos, sin secuestrarlos políticamente. Los venezolanos, perdimos la confianza en los políticos. Por culpa de la mayoría de sus dirigentes, somos esépticos a creer en ellos.
Alcancemos el cambio con trabajo creador. Con espíritu de progreso. Con la verdad por delante. La mayoría de los venezolanos, ni son comunistas, ni tampoco militantes políticos.
El cambio para que sea realidad, no permite ciudadanos a medias. Aquí ,o somos buenos, o somos malos y seremos todos los primeros, en la medida que entendámos lo que significa un País.
La frase de hoy: "La gente se queja mucho, pero se acobarda a la hora de actuar. Quieren que todo cambie, pero se niegan a cambiar" ( Paulo Coelho ) .
PREGUNTA: ¿ Qué papel jugó GC, con la cartilla cubana? ¿Es cierto, que éste personaje está complicado en la ilegal grabación, contra Hausman y Mendoza? ¿Hubo o no, una entrevista en New York, donde se cuadraron los mecanismos para obtener la conversación?
Este artículo será cambiado el próximo jueves. ¡NO DEJES DE REENVIARLO, ES TU OTRO VOTO!
gastonecheverriac@gmail.com
Los Blogs de Gastón Echeverría C. ( Vía Google ) .
26 de octubre 2015 .
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