Pero, es obligado plegarse a esas palabras. Nos lo impone el mañana. El futuro. El porvenir. Lo que nos espera. Lo que nos viene encima. Que es más difícil que "morder un espejo" . A Venezuela, la han dejado en la carraplana. La han saqueado. La han destruido. Un País, que gozaba de ser un imán para invertir. Su gente pana. Sus riquezas naturales. Su geografía. Toda una envidia mundial, casi desaparece. Prácticamente, no hay mañana.
Todo por culpa de los malos políticos. Los que nos gobernaron antes y los que nos mandan ahora. Los primeros no previeron el mañana. Se contentaron con darle a los venezolanos, una vida ficticia. Pero descuidaron sus más elementales obligaciones. No supieron planificar a largo plazo. Todo lo hacían al rompe. Dejaron a un lado, a grandes venezolanos. Que sí tenían conocimientos en saber administrar y gerenciar. No los tomaron en cuenta para las grandes decisiones. Eso transcurrió de manera invisible. Luego, los políticos sí buscaron aliarse con sectores profesionales y empresariales. Que los ayudaron a sentar las bases para el desarrollo y progreso nacional. Ya era un poco tarde. Pero, sí se podían corregir los errores. No obstante, la corrupción compartida, fue gradualmente alejando las posibilidades de afianzar una Venezuela, estable en lo económico, social y político.
La dictadura anterior, no fue buen ejemplo. Sus violaciones al ser humano, la delató y la castigó. Porque las tiranías, siempre salen con las tablas en la cabeza. Pérez Jiménez, no fue la excepción. A pesar de su régimen opresor, hay que reconocerle que ha sido el único mandatario, en modernizar a Venezuela. Su concreto, luego de más de 57 años, todavía es modelo de lo que fue su visión futurista. Sus obras, quienes lo sucedieron y a pesar de no haberles dado el mantenimiento debido, fueron tan bien construidas y aceptadas, que los políticos, no las han podido ocultar ni destruir. La democracia, venció a la dictadura, por la libertad, con el propósito de mejorar las condiciones de vida en cada venezolano. Los primeros años, se delinearon programas sociales. Se comenzó a impulsar la educación en las aulas. Se le facilitó a los inversionistas internos y externos, para que desarrollaran políticas económicas, en beneficio de la gente. Sería mezquino, no reconocerle a Betancourt, Leoni y Caldera I, sus buenas intenciones por echar hacia adelante el camino hacia la democracia y el desarrollo. Esas bases fundamentales, se comenzaron a agrietar lentamente. Sus sucesores, se fueron rodeando de malos políticos. De los que señalamos al principio de este artículo. Que a la larga, apartaron a los que sí eran buenos y deseaban continuar con las metas trazadas desde el 59 .
Nuestro mañana, continuaba entre luz y sombra. No se terminaban de colocar pilares sólidos, en la joven democracia. Los años pasaron con los gobiernos, como el viento. Con destellos fugaces de brillo, pero al mismo tiempo con nubarrones que pronosticaban, que de no corregirse el rumbo que llevábamos, nuestro buen mañana, sería muy oscuro y peligroso.
De esta breve cronología del poder, se nos terminó de cerrar ese mañana grandioso. La mala política, pudo más que el orden. Que el respeto. Que la honestidad. Que el trabajo creador. Se desordenó la vida de los venezolanos. Todo era fácil de adquirir. Un derroche en el gasto, que llamaba la atención de propios y extraños. Era otra Venezuela. Que la habían golpeado y viciado los malos políticos. Las consecuencias, las estamos pagando actualmente. La población, cansada de tanta politiquería barata de esos últimos gobiernos, comenzó desesperadamente a buscar un Ídolo. Un Mesías. Un Líder. Allí se gritaba lo que tanto hemos criticado:" el que venga será menos malo" Ese querer de cambiar lo pésimo por lo peor, es lo que hoy nos viene pasando factura. Los venezolanos, embriagados por un cambio, llevaron al poder a un líder, que aupado por políticos fracasados y empresarios vivos, se unió como niño aleccionado al sanguinario de Fidel Castro.
Luego, nuestro buen mañana, se nos extravió en el firmamento. Han sido más de 16 años, donde la mentira ha prevalecido sobre la verdad. Lo irreflexivo, contra la razón. Casi 17 años, donde el comunismo ha vejado a la democracia. Años violentos. Años de odio. Años de angustia. Años de hambre. Años de desorden. Años de ruina económica. Años de fusilar nuestra industria petrolera. Años de terror. Años de irrespetos. Años de la más alta corrupción conocida. Años desesperantes. Años de injusticias. Años del hampa. Años de violencia. Años del crimen. Años de todo lo malo que pueda existir en la tierra.
¿Quieren todavía más, recordar hechos que nos llevarían también por irnos del País? Vamos por última vez, a meditar. A pensar. A reflexionar. Es el momento de hablar con nuestras familias. Con nuestras amistades. Tenemos el deber, de decirnos cara a cara, lo que hoy avergonzados, nunca quisimos creer iba a ser realidad . Estamos no mal. Estamos peor que el mal. La solución para no asustarnos por lo que nos viene, dependerá de cada uno de los nosotrs. Si se quiere ver un mañana, libre, limpio, alegre, brillante, familiar, decente, con amor, con trabajo, con comida, con sueldos que nos alcancen, sin presos y exiliados políticos, con fe y con nuevos horizontes de progreso y libertad, entonces llegó la hora del ¡BASTA! del ¡NO ME LA CALO MÁS! Impongamos democracia con orden.
La frase de hoy: "Que angustia, que nervios..." ( Lázaro Candal )
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Los Blogs de Gaston Echeverría C.
17 de septiembre 2015
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