La hora de la horca está por llegar. La soga está lista. A prepararse los cuellos. Que esto no es un juego con dados. Será una realidad que nos lastimará. Que le vamos hacer. Lo que nos queda es la espera. La paciencia. El milagro. Por supuesto algún día como el muro de Berlín, vendrá el derrumbe rojo. ¿Pero cuántos años habrá que aguantar? ¿Cuántos llevan los cubanos? Se puede comparar esa pequeña Isla, con nuestro territorio? Aquí existen riquezas naturales envidiables, que el comunismo desea compartir como negocio con sus aliados. No se olviden los desmemoriados, que el comunismo es internacional.
Venezuela, es un tesoro, aunque hoy esté escondido. Y de allí lo interesante para los Zamuros que ahora son rojos. Sí, de la noche a la mañana cambiaron de color. Todos unos camaleones. Es lo que todavía la gente no quiere aceptar y comprender como válido dentro de las conversas o cuchicheos que se observan entre los venezolanos. No hay que caerse a embustes. Demasiados reptiles merodean el poder. Grandes favores han realizado en favor de la "robolución". Préstamos millonarios de los verdes han salido de sus fortunas para ayudar a que la crisis se aminore. El gana tiempo, pues.
Y pensar que faltando de hoy a fin de año, nada más que 57 DÍAS, hay personas que continúan llevando la vida igual que hace más de los mismos 20 años de comunismo. Se atormentan cuando se les avisa que llega el "COCO". Se ponen de mal humor, como si con esa reacción, impedirán ser manejados a partir de la nueva era del comunismo en el Caribe. Bueno ¿Y que podemos hacer, dicen los acobardados. Ciertamente ya es muy tarde para haber hecho lo que no se hizo. Ahora, el tiempo les grita: No dejen que Venezuela, sea mandada por el comunismo internacional. Ustedes no son brutos y poseen imaginación. Creatividad. Se supone conocen la Constitución Nacional. Entonces porqué no la hacen cumplir. ¿Quién los detiene ?
A veces uno piensa y no concreta lo que debe hacerse. Estamos rodeados no del comunismo totalitario, sino de cómplices y colaboracionistas que mueven nuestra sociedad. Lo material es lo que cuenta en muchas mentes traicioneras. El egoísmo. El no aceptar que Venezuela le pertenece a más de 27 millones de habitantes. ( el resto ya huyó ). Objetivamente, nos entristece escribir lo que muchos no quieren leer. Pero somos consecuentes con la verdad. Recuerden la cita de: "Da miedo llegar al precipicio con los ojos bien abiertos". No compartimos ni entendemos como otros respetados compatriotas, insisten en fórmulas inconcebibles para salvar al País a mediano y largo plazo. Hablan de elecciones como si aquí hubiese un organismo electoral integrado por rectores no vinculados a la política. Dedican horas tratando de convencernos de diálogos. De la Unidad Nacional.
¿Cuál por Dios? ¿Dónde viven? Es el castigo que recibiremos. Justos por pecadores, pagaremos lo
que otros no supieron admitir su responsabilidad hace muchos años atrás. Que no se los vamos a cobrar, pero que no podremos olvidarlo.
Por hoy basta. Es un tema extremadamente delicado. Que provoca llorar. ¿Se perderá la República? En pocos días volveremos a zarandear a los apáticos. A los que todavía no saben lo que les espera si dejamos que la cuenta regresiva nos termine de arrebatar la libertad. La democracia. La familia.
La frase de hoy: "Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde" ( Refrán popular ).
Este artículo se cambiará pronto. ¡PÁSALO!
gastonecheverríac@gmail.com
04 de noviembre 2018 PM.
NOTAS: 1) Nos preguntan quién decide la revisión de las sentencias de los árbitros en el béisbol. En apariencia son personas que en algún lugar del estadio, poseen unas tomas cerradas de éstas y luego las comunican para que los Umpires decreten lo definitivo. De ser así, sería mejor que saliera al terreno ese juez escondido y no observar tantos minutos a quienes realmente reciben el veredicto. Es simplemente ratificar o cambiar la decisión previa de los Árbitros. 2) El béisbol venezolano irá poco a poco tomando su nivel para lograr mayor asistencia de fanáticos a los parques, aún cuando los precios sean altos. No hay que olvidar que para el venezolano, este es su deporte favorito por más que los medios de comunicación nos invadan con el fútbol de Europa. ¡Ay Mamá!
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