Sobrevivir en Venezuela, se asemeja a lo posterior a una guerra mundial. La pobreza abarca a la mayoría de nuestros habitantes. Somos víctimas del engaño por "inocentes". Por "apáticos". Les dejamos el campo abierto al comunismo. Aquí, casi ningún dirigente opositor, desenmascaró a los totalitarios. Se sonrojan, cuando los acusan de anticomunistas. Prefieran los calificativos de izquierdistas Light o de centro izquierda. Esas etiquetas que agradecen, nos han llevado a la perdición.
Los socialcristianos o demócratas cristianos, descuidaron sus principios. Fueron la real alternativa frente a los rojos. Igual sucedió con los socialdemócratas. Betancourt y Caldera, cada uno en su estilo, derrotaron con sus partidos, a los subversivos de siempre. Fueron esos años difíciles para instaurar la democracia, luego de la caída de Pérez Jiménez. Después de esos períodos, se inicia el derrumbe progresivo de la libertad. Sus sucesores confundieron libertad con libertinaje. La corrupción comenzó a minar los estamentos del sistema democrático. Lo demás, ya hasta disgusta recordarlo.
Este País, lo destruye el desorden y la carencia de técnicos en materia económica. Se lanzó hacia la corrupción, la industria petrolera. Corrupción, es una palabra que une muchas perversidades. Nuestro petróleo, lo diversificaron, pero para la obtención de jugosos contratos. El ejemplo más sencillo de esos múltiples y errados derroches, está en el patrocinio de un participante corredor de carros; pero eso, se quedó pálido ante los comprobados robos, por concepto de comisiones, bajo la excusa de buenos negocios del crudo para Venezuela.
En estos últimos 18 años, el País, ocupa los primeros lugares, en todo lo que signifique mediocridad. Para colmo de males, y ante la ley del más vivo, los venezolanos, poco les interesó la política y eso ahora lo estamos pagando con nuestras vidas. Si usted está en una de las tantas colas, que el comunismo nos impone, observará como siempre aparecen esos "vivos u holgazanes", que se colean porque son panas de los que venden y cobran lo que necesitamos. Sin ir muy lejos, ese ejemplo se materializa diariamente en los bancos. Igualmente, en el tránsito, los motorizados, son los dueños de nuestras calles y avenidas. No respetan los semáforos, circulan arriba de las aceras, permiten que en esos vehículos, puedan estar niños menores de 10 años, mas otro acompañante y sin placas y cascos.
Con esta panorámica nacional, un tanto resumida, nos batimos entre la vida y la muerte. De allí el justificado éxodo de venezolanos al extranjero. Han tirado la toalla. La inseguridad personal termina de tomar esa decisión de abandonar su tierra, porque no están dispuestos a sobrevivir. Quieren vivir con tranquilidad. No estar expuesto a secuestros, robos y toda clase de elementos, que nos vienen conduciendo a la muerte progresiva.
¿Todo lo señalado y que simplemente es parte de los males del comunismo, es falso? ¿Estamos exagerando? Más bien dejamos de señalar otros factores que complementan esta tragedia, que para desaparecerla, se requiere una verdadera unidad entre esa mayoría que no somos políticos, pero que con un líder honesto, preparado y no sobornable ante los vicios que nos estrangulan, podamos vencer democráticamente al comunismo hambreador.
Luchémos por reivindicar una justicia autónoma, que sin venganzas, abra los juicios necesarios, para sancionar o castigar a tantos sujetos que nos han conducido a un caos, que hoy, se estudia con detenimiento en todas las Universidades del Mundo.
Vivir en democracia, con todos sus defectos es posible. Sobrevivir en comunismo, que es sinónimo de esclavitud, es imposible.
La frase de hoy: "LAS PERSONAS SOMOS MÁS SALVAJES QUE LOS ANIMALES, YA QUE ELLOS MATAN POR INSTINTO NATURAL, PARA PODER SOBREVIVIR, SIN EMBARGO, LAS PERSONAS MATAN SIN SENTIDO". ( Chinogizbo ) .
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NOTA: En esta oportunidad que estamos en el imperio, no habrá notas.
08 de marzo 2017 1:55 PM ( Hora gringa )
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