Un País, donde sus habitantes no se superen, no podrá jamás alcanzar el desarrollo. Lo que desde hace más de treinta años nos está sucediendo, no es cuestión del azar, sino de nosotros mismos. Esa inercia para cambiar hacia lo positivo, es asombrosa. A veces, cuando uno regresa de visitar otras naciones, se pregunta ¿Y por qué los venezolanos no han podido derrotar la apatía o la indiferencia para resolver sus graves problemas? ¿Miedo? ¿ Pero acaso no tenemos derecho a una calidad de vida igual que otros Países, que no disponen del recurso petrolero que nos identifica?
Nos han desviado a vivir en la incomodidad. A soportar todo tipo de injusticias. La gente le resbala la situación económica, política, y social. No como en otras Naciones, que las personas, salen en cantidad de miles a protestar, cuando los gobiernos no les cumplen sus más elementales necesidades. Un comportamiento aterrador e incomprensible. ¿Cierto o falso?
Es triste presenciar como las personas que prestan servicios para atender a los ciudadanos, son incapaces en dar las gracias, luego de efectuada una compra; más bien, el que las da es el comprador. Por si fuera poco, el mal humor prevalece en los empleados. No dan muestras de servir con espíritu cordial. Es la cara de pésame, la que ha invadido los rostros del venezolano. Aquí se acabó la hermandad. No existe la solidaridad. Observamos injusticias, pero el silencio es lo que reina.
Un caso típico y muy grave, es el no protestar por el mal servicio que nos prestan el gobierno o régimen de turno, gobernaciones y alcaldías. Lo de la falta de recoger la basura en las calles y avenidas de urbanizaciones, es deplorable. Ese retraso en hacerlo, provoca malos olores y enfermedades. Pero la gente, como si nada. Se ha acostumbrado a soportar el mal. Es un fenómeno social digno de estudio. Esa pasividad, le ha permitido a los malos dirigentes políticos y que son la mayoría, aferrarse al poder, junto a sus cómplices de la oposición. Porque a decir verdad, ellos se turnan. Tantos años unos,tantos años otros. Pero el subdesarrollo persiste. El venezolano es demasiado conforme. Le suben los precios de manera criminal. No consigue alimentos ni medicinas. Le impiden salir con tranquilidad a la calle, porque la inseguridad nos desafía y gana heridos, muertos, secuestros y robos. Una tragedia que es el diario de nuestro vivir. Realmente, asusta que aquí no pase nada. El estado deplorable del pavimento es otra característica de Venezuela. Antes se decía que era una señal de los gobiernos adecos. Resulta, que ahora es peor transitar, porque los huecos o troneras permiten que los vehículos sufran los rigores por la falta de mantenimiento vial. Y así en todas las áreas. Pero, silencio absoluto. Una indiferencia brutal. Inexplicable y alarmante. ¡Que impotencia!
Es por ello que a veces la gente tiene sus excusas para no ir a procesos electorales; sinembargo, la culpa también es de los propios venezolanos, que son espectadores de la desorganización e improvisación de los políticos. Si el pueblo desea que cambien las cosas para el bien, está en el deber de participar en los problemas que nos afectan. Si se dejan éstos, en manos de los políticos que ocupan los cargos públicos, entonces nunca saldremos de abajo. Hay que dar un sacudón en la manera y forma de actuar de cada compatriota. De allí, que la prioridad para alcanzar el desarrollo, es realizar una revolucion mental en nuestro comportamiento o conducta. Un País, para que sea ejemplo ante otros, debe mostrar superación en la mentalidad de las personas. Que previamente habrán recibido una buena educación en el hogar y una excelente instrucción en colegios y universidades. Hoy, hemos querido plasmar estas inquietudes, porque observamos que no hemos cambiado en nuestra forma de afrontar nuestros diarios problemas. Si éstos, no nos hacen reaccionar, mucho menos lo haremos en los días que debemos ir a votar.
Es perentorio reflexionar. Es obligado buscar soluciones pronto. La responsabilidad es de todos, pues para eso, Venezuela, es de todos. Mientras tanto, el comunismo, la desfachatez, la burla, la mentira, el engaño y la improvisación, nos hunden aceleradamente y no visualizamos quien o quienes nos puedan rescatar del foso donde nos metieron.
Cada venezolano debe votar el próximo 6D. No hacerlo, es contribuir con el subdesarrollo. Votar es buscar cambiar lo pésimo por lo bueno. Nunca por lo menos malo. Hagámoslo a conciencia. El voto es secreto. Es una de nuestras armas democráticas. ¿Qué esperámos?
La frase de hoy:"Después de pensar, llorar, paralizarme y sentirme impotente, he llegado a la conclusión que la solución es la REVOLUCIÓN MENTAL" ( Worldpress ) .
ENTREVISTA: Este jueves 12, estarémos nuevamente y en vivo, entre 7 y 8 de la mañana, por la emisora La Nueva Mágica FM, dial 99 .1, en el programa "PUNTOS DE VISTA", que modera José Domingo Blanco ( MINGO ). ¡No se lo pierdan!
gastonecheverríac@gmail.com
Los Blogs de Gastón Echeverría C. ( Vía Google )
09 de noviembre 2015 .
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