Definitivamente, Pérez Jiménez fue un dictador y fue derrocado no solamente por la unión Cívico-Militar, sino por los Estados Unidos de Norteámerica, Colombia y hasta por las Petroleras. Afirmar que el Pueblo lo tumbó, no es más que una etiqueta para ganarse a la gente, la que realmente celebró en las calles su huída. El hecho es que a él, los políticos desde adentro y de afuera de Venezuela, conspiraron conjuntamente con las Fuerzas Armadas y otras Instituciones para desalojarlo y permitir que a partir de 1958, se iniciara la instauración vía electoral de gobiernos democráticos.
No vamos a repetir los entretelones de esa subversión nacional contra el hombre de Michelena y mucho menos, las razones para que se convirtiera en dictador. Lo que nos ocupa y preocupa, es que a los políticos actuales se les extravía su proceder ante otro régimen tiránico; es decir, lo que para ellos hoy también es una dictadura en Venezuela, la esquivan, para descartar la intervención militar, pues alegan para su conveniencia, que eso representa un retroceso histórico. ¿Acaso lo que vivimos, no significa haber perdido 20 años de avance democrático?
Esa actitud, no es más que una hipocresía. Los políticos se hacen los pendejos. Si los militares los convidasen para un golpe victorioso, ellos estarían anotados en esa tarjeta de invitación. Bueno, sin ser dictaduras, tenemos los casos cuando Medina y Gallegos. Ocurre, que hoy día los políticos están divididos. Fracturados y no hallan como aliarse a una sublevación militar, que suplante a lo que ellos, conjuntamente con el Pueblo, y más de 55 gobiernos del extranjero, califican de dictadura a esa desgracia que padecen los venezolanos.
Las condiciones para derrocar a una dictadura, son iguales o peores entre los regímenes de Pérez Jiménez y Maduro. Las causas no pueden taparse. Están a la vista: Hambre, Escasez de medicinas. No hay energía eléctrica ni agua. El petróleo se derrumbó. Hospitales y clínicas sin equipos necesarios para salvar vidas. Inseguridad personal y jurídica. Los medios de comunicación al servicio del régimen de manera deprimente. Sueldos y salarios mínimos miserables. Persecución y presos políticos. Exiliados y gente escapando diariamente a Países vecinos. Secuestros de los poderes públicos. La legal Asamblea Nacional, en camino gradual para eliminarla. Partidos y políticos inhabilitados. Violación de los Derechos Humanos. La economía con récord de inflación. En síntesis, un régimen que más del ochenta por ciento de sus habitantes lo acusa de dictadura.
Entonces vivimos una tira cómica. Lo que ayer fue una dictadura, confirmada por los políticos que la combatieron con ayuda extranjera y que fue derrocada, hoy, con ejemplos peores para acusarla como tal, los malos políticos, le buscan una salida honorable y hasta invitándolos a compartir un gobierno que tildan de unidad nacional. Es la complicidad de la política. La que por esa complacencia ilógica, ha llevado a los venezolanos a la ruina. Al desespero. Los políticos bailan al son que les toquen.
La frase de hoy: "LO QUE ES IGUAL NO ES TRAMPA" ( Dicho popular ).
Este artículo será cambiado pronto. ¡PÁSALO!
gastonecheverriac@gmail.com.
27 de mayo 2019 PM.
NOTAS : 1) Los comunistas se hacen los suecos en materia insurreccional y golpista. Olvidan sus intentos del Carupanazo, Porteñazo y del 4F, frente a gobiernos que no tenían las mismas características de las dictaduras arriba citadas. Ah, pero ellos son privilegiados por quienes los han injuriado, puestos al desprecio público, detenidos y pare de contar. Es la historia de las contradicciones. 2) Afirman que entre bomberos no se pisan la manguera. 3) Si las Fuerzas Armadas, no se pronuncian como cuando Pérez Jiménez, entonces queridos lectores, a correr el riesgo de una acción popular de un Pueblo que se muere de hambre. 4) No es fácil, como decía el Ciudadano. Un gobierno provisional, está husmeando todas las garantías posibles para prevenir los focos insurreccionales del mañana. 5) Un recuento fácil para que los lectores no busquen a Dios por Noruega. Ay Mamá!!!